Las Apariciones del Angel de La Paz
Un tiempo antes de la manifestación de Nuestra Señora de Fátima, los niños Videntes, tuvieron tres apariciones de un Angel.
La primera aparición: tuvo lugar en la primavera de 1916 en la cueva «Loca de Cabeco».
El Angel les dijo: » No teman. Soy el Angel de la Paz. Recen conmigo.
Luego se arrodillo en la tierra, se inclino y dijo : «Mi Dios, Yo creo en ti, Yo te adoro y Yo te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen , que no te adoran y no te aman.» Lo repitió tres veces, se levanto y le dijo a los pequeños «Recen de esta manera. Los corazones de Jesús y María están atentos a sus súplicas.» Luego desapareció.
En la segunda aparición: entre otras cosas, el Angel les dijo:
«Yo soy el Angel de su guardia, el Angel de Portugal. Sobre todo, acepten y soporten con sumisión el sufrimiento que el Señor les envíe»
En la tercer aparición: El Angel nuevamente se apareció en la cueva Loca de Cabeco, llevaba consigo un cáliz y sostuvo sobre él, una Hostia. Repitió tres veces esta oración:
«Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en acto de reparación por los sacrilegios, ultrajes e indiferencia por la cual Él Mismo es ofendido. Y mediante los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, yo le pido la conversión de los pobres pecadores.»
Después le dio la Hostia a Lucía y ofreció el contenido del Cáliz a Jacinta y Francisco para que lo bebieran. Volvió a repetir la oración y se marcho.
Casi 8 meses pasaron desde la última aparición del Angel. Lucía, Francisco y Jacinta continuaron a obrar lo que el ángel les había enseñado, orando y ofreciendo sacrificios al Señor. Lucía tenía ahora 10 años, Francisco nueve en Junio y Jacinta acababa de cumplir siete en marzo cuando el 13 de mayo de 1917, decidieron de llevar sus ovejas en unas colinas que pertenecían al padre de Lucía conocidas como Cova da Iria, o Ensenada de Irene. Fue ahí, solo con una excepción, donde la Santísima Virgen bajo el nombre de Nuestra Señora del Rosario se les apareció en seis ocasiones en 1917, y una novena vez en 1920 (sólo a Lucía).
Tan importante como el lugar y el momento eran la situación a nivel mundial. En esos momentos la Primera Guerra Mundial hacía estragos en Europa, conduciendo a la humanidad a la forma más salvaje de guerra vista hasta el día de hoy. En la lejanía de Moscu, Lenin preparaba la revolución que volcó el orden social Ruso en Noviembre de 1917 y en la que se sumergió eventualmente casi la mitad de los habitantes de esta tierra. Fue en este contexto en el que el cielo intercede por la tierra para proveer el antídoto para los males morales y sociales del mundo – el mensaje de Fátima.