Los niños pastores de Fátima

Francisco Marto

Francisco Marto fue uno de los tres niños pastores que afirmaron haber presenciado las apariciones de la Virgen María en Fátima, Portugal, en 1917. Nació el 11 de junio de 1908 en Aljustrel, un pequeño pueblo cerca de Fátima.
Francisco era el hermano mayor de Jacinta Marto y primo de Lucía dos Santos. Junto con ellos, presenció las seis apariciones de la Virgen María en la Cova da Iria entre mayo y octubre de 1917.

Después de las apariciones, Francisco llevó una vida de profunda religiosidad y devoción. Siguiendo el mensaje de la Virgen, se centró en la oración y el sacrificio por la conversión de los pecadores y por la paz en el mundo. Era conocido por su humildad y su amor por Dios.

A diferencia de Jacinta y Lucía, Francisco no vivió mucho tiempo después de las apariciones. Contrajo la influenza española en 1918, que en ese momento se había convertido en una pandemia global. Aunque sobrevivió a la enfermedad inicialmente, su salud se debilitó y finalmente falleció el 4 de abril de 1919, a la edad de 10 años.

Francisco Marto fue canonizado por el Papa Francisco el 13 de mayo de 2017, en el centenario de las apariciones de Fátima. Es venerado como santo por la Iglesia Católica y su vida de sacrificio y devoción continúa siendo un ejemplo para muchos creyentes.

Jacinta Marto

Jacinta Marto fue una de los tres niños pastores que afirmaron haber presenciado las apariciones de la Virgen María en Fátima, Portugal, en 1917. Nació el 11 de marzo de 1910 en Aljustrel, un pequeño pueblo cercano a Fátima.

Jacinta era la hermana menor de Francisco Marto y prima de Lucía dos Santos. Junto con ellos, presenció las seis apariciones de la Virgen María en la Cova da Iria entre mayo y octubre de 1917.

Después de las apariciones, Jacinta vivió una vida de devoción y sacrificio. Siguiendo el mensaje de la Virgen, ofreció su vida en sacrificio por la conversión de los pecadores y por la paz en el mundo. Se destacó por su profunda espiritualidad y amor por Dios.

Jacinta sufrió mucho durante su breve vida. Contrajo la influenza española en 1918, que la dejó gravemente enferma. A pesar de su sufrimiento, nunca perdió su fe y continuó ofreciendo oraciones y sacrificios por los demás.

Finalmente, Jacinta falleció el 20 de febrero de 1920, a la edad de 9 años, como resultado de complicaciones de una neumonía. Sus restos descansan en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Fátima, Portugal.

Jacinta Marto fue canonizada por el Papa Francisco el 13 de mayo de 2017, en el centenario de las apariciones de Fátima. Es venerada como santa por la Iglesia Católica y su vida y ejemplo siguen siendo una inspiración para muchos creyentes.

Lucía dos Santos

Lucía dos Santos fue una de los tres niños pastores que afirmaron haber presenciado las apariciones de la Virgen María en Fátima, Portugal, en 1917. Nació el 22 de marzo de 1907 en Aljustrel, un pequeño pueblo cercano a Fátima.

Lucía era la prima de Francisco y Jacinta Marto. Junto con ellos, presenció las seis apariciones de la Virgen María en la Cova da Iria entre mayo y octubre de 1917. Lucía fue la única de los tres que sobrevivió hasta la edad adulta.

En 1921, Lucía fue enviada al convento de las Hermanas Doroteas de Villar en Oporto, por decisión del Obispo de Leiria, tenía entonces 14 años. En 1928, se convirtió en religiosa y en 1946, ingresó al convento de las Hermanas Carmelitas de Coimbra, Portugal. Tomó el nombre de María Lucía del Inmaculado Corazón, pero es más conocida como la Hermana Lucía. La Santísima Virgen María se manifestó a Lucía cuando ella era postulante, y le reveló la promesa de los Cinco Primeros Sábados, cinco años después, en junio del 1929, tuvo la visión de la Trinidad, con la petición de la consagración de Rusia.

Lucía escribió varios libros y cartas sobre las apariciones de Fátima, proporcionando detalles adicionales y explicaciones sobre los mensajes recibidos. Fue una figura importante en la difusión y comprensión del mensaje de Fátima en todo el mundo.

Lucía dos Santos falleció el 13 de febrero de 2005, a los 97 años. Su vida y su testimonio siguen siendo recordados y venerados por los fieles católicos. El proceso de beatificación de Lucía dos Santos se encuentra actualmente en curso en la Iglesia Católica.